El origen de la costumbre de trasmochar se remonta a la época medieval. Su objetivo era obtener diferentes productos de los árboles, como leñas en el caso de los robles o ramón a partir de los fresnos, a la vez que mantenía el bosque abierto y un pasto aprovechable por el ganado. En la actualidad, las razones para trasmochar pueden ser varias:
- Aprovechamiento de los productos (leña, hoja,...).
- Asegurar la pervivencia de los árboles viejos y su biodiversidad asociada, así como la permanencia de un paisaje tradicional.
- Seguridad ciudadana.
En el último año, desde Bioma Forestal, hemos realizado dos estudios sobre arbolado trasmocho en la provincia de Soria, uno de ellos en el monte de Valonsadero y otro en el paraje Soto de Garray. En ambos casos los aprovechamientos de leña han dejado de tener interés para los vecinos. Así, las dos últimas motivaciones son las que han guiado estos estudios.
El monte de Valonsadero (MUP 179, propiedad de la ciudad de Soria) es un espacio arbolado de 2.800 ha, dominado por dos especies arbóreas: Quercus pyrenaica y, secundariamente, Quercus faginea. Una importante proporción del monte está constituido por masas adehesadas formadas por árboles trasmochos. Estos robles se podaban cada 30 años, pero en la segunda mitad del siglo XX se empezó a abandonar este aprovechamiento.
Debido a su cercanía a la ciudad de Soria, el uso público tiene una gran importancia. El uso ganadero también se mantiene en la zona aunque con menor fuerza que antaño. A su vez, la importancia ecológica del monte es grande, sirviendo los viejos árboles trasmochos como refugio y fuente de alimentación para una variada diversidad de especies de aves, mamíferos e insectos, así como sustrato de anclaje de raras especies de líquenes y briófitos epífitos.
En la actualidad, el tiempo medio sin poda es de unos 70 años, lo que está comenzando a provocar daños mecánicos (desgajes y rotura de ramas) por unas copas descompensadas.
La Junta de los Ríos, en el monte Valonsadero, es una importante zona de uso público. Está poblada principalmente por quejigos.
En el paraje del Soto de Garray, al norte del río Duero en el municipio de Garray, se ha realizado el segundo estudio sobre árboles trasmochos. En este caso, se trata de una serie de ejemplares de interés de fresno (Fraxinus angustifolia). El turno de trasmochado de los fresnos era inferior al de los robles, y fue abandonado hace décadas.
Viejo fresno con tronco grueso y copa desarrollada tras las podas. Soto de Garray.
Uso de los trasmochos por la fauna. Arriba en primer lugar, cigüeñas posadas en lo alto de un fresno. Arriba en segundo lugar, madriguera de zorro bajo el tronco de un fresno. Soto de Garray.
Actualmente, se plantea la necesidad de iniciar un ciclo de actuaciones de conservación sobre estos árboles en ambas zonas que asegure su permanencia y la seguridad para las personas usuarias de estos espacios. Hay una serie de actuaciones que se plantean como las más urgentes o necesarias de acometer en breve plazo, entre ellas la poda de restauración de la copa en algunos casos. En definitiva, este es el origen de estos dos estudios, que analizan una serie de árboles (en total 253) como ejemplo de gestión a realizar y ofrecen unas recomendaciones generales para el tratamiento de este tipo de arbolado. Estas actuaciones deben ser realizadas por especialistas en el trabajo sobre árboles viejos, con la precaución de evitar daños a la fauna que habita sobre ellos, intentando mantener un paisaje tradicional en el entorno de Soria.
Dendro-microhábitat (oquedad) que puede servir como refugio a la fauna
